1 ejemplo claro es cuando modificamos las fuentes del kernel de Linux para adaptarlo a alguna plataforma especial.
El modo de proceder es simple, una vez que se sabe claro.
Supongamos que tenemos el directorio linux-2.6.26-modificado y el directorio original de la misma versión linux-2.6.26, y queremos crear un parche para no tener que almacenar para siempre todos los archivos del kernel, por si los volvemos a necesitar. Crearemos el parche con la siguiente orden, desde el directorio que contiene a ambos directorios:
diff -Naur linux-2.6.26 linux-2.6.26-modificado > nombre_parche.patch
De esta forma creamos el parche nombre_parche.patch que contiene todos los cambios del directorio modificado respecto del original.
Cuando necesitemos de nuevo nuestro kernel modificado, descargamos la version del mismo original, copiamos el parche en su directorio, y ejecutamos la siguiente orden desde dentro de dicho directorio:
patch -p1
Y ya tendriamos el kernel con las modificaciones que realizamos en su día.
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